microrrelato 3

Algo me invade por dentro y no sabía lo que era.
Estaba todo oscuro, me era un poco agobiante estar en un espacio tan pequeño y a la vez tan cerrado. Ese sentimiento de angustia estaba poco a poco empezando a aumentar y en ese momento tenía mucho miedo, solo pensaba en lo que quería ver; a mi familia, a mis amigos, a mi perro, incluso mi vecino. A cualquier persona, me daba igual si la conocía de algo o no, solo quería una compañía a quién podré abrazar en ese momento.
sentía que ese pequeño espacio iba poco a poco enpequeñeciéndose aún más, hasta tal punto, que notaba o me  parecía tocar con los brazos las paredes laterales.
Estaba confundida ya que no sabía ni el cómo ni el porqué de estar allí, ni si quiera que era ese sitio, etc...
intentaba buscar respuesta pero no había manera de que estas preguntas fueron respondidas, así que me dije a mí misma:
- Piensa, usa la cabeza ¿Cómo puedo salir de aquí si no sé cómo he entrado?
Tras pocos minutos, los cuáles se me hicieron una eternidad, llegue a la conclusión de que me habían drogado y dejado allí para que muriera sin que nadie supiese nada. Está teoría mía no me convencía ya que si me querían matar no se habrían tomado demasiadas molestias. Y de repente tuve el pensamiento de que era una pesadilla que estaba soñando y que a lo mejor si me concentraba lo suficiente podría controlar lo que pasaba, y así fue señores, una vez descubrí eso me concentré, respiré profundo, relajé mi cuerpo y de repente esas estrechas y frías paredes empezaron a abrirse y a dejar paso a un rayo de luz que daba justo a mi cara. Justo en ese momento oí una voz la cual no sabía de donde procedía que decía:
- ¡Despierta, despierta! En ese momento me desperté asustada y me di cuenta que todo había sido un sueño.
Me sorprendí ya que era consciente mientras dormía que estaba en una pesadilla y que podía controlar todo lo que pasaba en ella.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Tarea número 2